Que nadie piense en mí, hoy soy diferente, aquel que me llenó la vida ya no vive aquí. La voz que me cantó al oído ya se marchitó y el sol de su mirada ya se fue.. Ya nada cambiará, volver a comenzar es imposible. Se me apagó la voz aquella tarde y no me queda nada que decir, tan sólo recordar que un día fui volcán entre sus brazos, que me llenó de amor y puso mil caricias en mis manos, pero todo acabó, ya todo terminó y quedan mil heridas en el alma. Él era mi vida, él era mi primavera y mi mañana,
mi cielo siempre azul, mi corazón, mi gozo y mi palabra, y un día se marchó. No quiero que nunca nadie me repita la palabra ''amor''. Volver a ser feliz es imposible, murieron tantas cosas esa tarde, que no me queda nada por vivir...
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