Buenos días mundo.

Has vuelto. A mi vida. Después de un largo tiempo y unos meses de sufrimiento estás aquí de nuevo. Juré el día que te fuiste que nunca nada volvería a ser como antes. Supongo que una vez más mentí. Odio no poder decir ''hasta aquí hemos llegado'', pero me haces tanta falta que lo veo practicamente imposible. Le has dado tanta felicidad a mi vida en tan poco tiempo desde que estás aquí de nuevo, que si te volvieras a ir no podría soportarlo una vez más. Ya no por ti, sino por mi. Me hundirías sicológicamente y no podría salir otra vez de aquel pozo en el que hace tiempo llevo hundida, del cual tu ahora has logrado sacarme con tan sólo una sonrisa. Nunca he dejado que nadie sea mi todo, porque es lógico que algún día me quedaré sin nada, pero tu eres tan diferente a todos que no puedo dejarte ir, y sólo queda tragarme el orgullo una vez más. Y aguantar ''hasta que el barco se sumerga tras siglos en el mar''.