No quedan sueños, los ha arrastrado el mar. Te deja seco, se lleva hasta tu hogar. No encuentro nada, no queda ni un papel, no vale nada. Y ahora lo pienso, no encuentro una razón. Que triste es esto, la tierra se enfadó. Las rocas suenan a llantos de perdón, los cuerpos pesan. Despiértame, dí que paraste el tiempo y nada sucedió. Y acuéstate, vuelve a contar el cuento donde acaba bien.
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