jueves, 28 de junio de 2012
Compartimos un cielo, un mismo destino.
Nos reímos. Y seguimos riéndonos así. Hablando sin saber muy bien de qué
ni por qué. Después decidimos colgar, prometiendo que nos llamaremos
mañana. Es una promesa inútil: lo hubiéramos hecho de todos modos.
Cuando pierdes tiempo al teléfono, cuando los minutos pasan sin que te
des cuenta, cuando las palabras no tienen sentido, cuando piensas que si
alguien te escuchara creería que estás loco, cuando ninguno de los dos
tiene ganas de colgar, cuando después de que ella ha colgado compruebas
que lo haya hecho de verdad, entonces estás perdido. O mejor dicho,
estás enamorado, lo que, en realidad, es un poco de lo mismo...
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario