miércoles, 19 de septiembre de 2012

La droga que perdura.

Como el último sorbo de una copa, la última calada de un cigarro, o la última gota que cae en una tormenta. Efímero, gratificante y en ocasiones, perjudicial. Hablo de pactos bajo las mantas y de promesas en servilletas. Hablo de que cada recuerdo es una historia por contar, de que cada olor trae imágenes a la mente, y de que las imágenes valen más que cualquier tontería que yo te pueda contar.

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