jueves, 14 de junio de 2012

¿Será amor?

Ella estaba ahí. Quieta tan solo. Pensando. Pensando en él. Extrañándole. Sólo eso. Pero eso le basto, para salir de su casa por aquellas simples ganas de llamarlo, de escuchar su voz.
Mientras el tono de llamada sonaba, ella pensaba:
- ¿¿Lo querré? ¿Me querrá? ¿Prodemos alguna vez querernos? ¿O sólo tendré aquella estúpida ilusión?
Entonces escuchó su voz, suspiro  y casi sin pensarlo, colgó. Le colgo al amor, al supuesto amor de su vida. No lo podía creer. Todo aquello era una farsa. Nunca lo había querido. No eran más que mentiras. Ella estaba escondida con una estúpida ilusión. Una estúpida mentira era lo que cada mañana la levantaba feliz. Alegre y orgullosa por ese amor suyo, hecho realidad. Sintió, luego de esa realidad descubierta, una extraña sensación entre emoción y depresión. Sentía su corazón roto, pero al mismo tiempo libre. Parecía una gratificante, pero a la vez desvanecedora realidad. Su piel se puso de gallina y una lágrima escapó de su ojo izquierdo, rápidamente se la secó. Aunque mientras pensaba que todo lo que había conocido del amor, hoy al fin había terminado.

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