domingo, 5 de agosto de 2012

Dime donde queda el camino, haber si lo veo.

Tenemos que admitir que hemos heredado de nuestras madres esa tendencia a sermonear por todo o a montar un drama por nimiedades: que si ha llegado tarde, que si se le olvidó llamar, que si trabaja demasiado… ¡Así puedo agotar su paciencia! Pero la verdad es queno puedo evitarlo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario