Cuando
estabas a punto de volverte loca, te asomas al vacío. Cielo anaranjado
de madrugada. Olor a rocío en la terraza. Cigarro, pero este no sabe a
amargura, sabe dulce. El frescor de la brisa de la mañana se lleva tu
dolor, tu sufrimiento, el agujero qe se te había formado en el pecho..
Empiezas a ver las cosas mas allá de él. Te imaginas feliz. Sola y
feliz. Una sonrisa se te dibuja en la cara y ese es el principio de algo
bueno. Lo sabes. Eres fuerte.
- Pero..¿Qién llama a la puerta? Mierda.. es él.
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