+Oh, perdon, no qería despertarte. Yo ya me iba, solo qe necesitaba una ducha antes. Yo..eh..perdon..-Dijeron los ojos.
-..No pasa nada.-Les contesté.
Por primera vez en mi vida había hecho un pleno estando borracho. Esos ojos negros eran preciosos, con expresividad y dulzura. Transmitían amor. Pero los ojos no eran lo mejor de la chica. El pelo mojado se pegaba a lrededor de su cara, goteando. Deseé ser una de aqellas gotas.
+Bueno..Yo..Me voy ya y te dejo tranqilo, vale?mmm voy a vestirme. -dijo timidamente.
-No me molestas. Si qieres puedo invitarte a desayunar.- le propuse.
+Son las 4:30 de la tarde, pero gracias-se rió. Al menos había hecho qe se riese.-Me iré a mi casa no te preocupes.
Otro flashback golpeó de nuevo mi mente. No recordaba su nombre, pero si haberle dado un beso en la puerta del último bar al qe había entrado. Recordaba su cuerpo en mis manos, sus caderas moviéndose, sus dientes por mi cuello, sus uñas por mi espalda y sus piernas en mi cama. Oh si, la noche anterior me había coronado. Pero había algo mas en aqellos ojos qe me había llevado a acostarme cn ella; no solo había sido sexo.
Ella ya se había puesto sus shorts negros y la chaqeta de lepardo; y el pelo alborotado y mojado se le pegaba en la cara.
+Bueno.. me voy..
-Puedo llamarte luego?-le dije.
Se me qedó mirando fijamente y despues entornó los ojos en una mueca de dolor. Tragó saliva.
+Creo qe ya hablamos muchas veces de esto, cariño. Seguimos siendo los mismos, y ni las circustancias ni nosotros mismo hemos cambiado. No hay nada qe hacer. Simplemente esto no debería haber pasado.- dijo ella.
Me había qerido engañar, pero no. Era verdad. Seguiamos siendo los mismo y ella tenía razón. Era un estúpido soñador. No podría remediarlo.
-Entiendo. Soy un error. Pues lárgate.- ¿porqe le dije aqello?En verdad no qería decirlo, las palabras vomitaron de mi interior sin yo qererlo
Me miró. Y esos ojos negros se inundaron de dolor, se inundaron...
+Eres un cretino estúpido y siempre lo serás. Te odio- me gritó con lágrimas en los ojos y llendo hacia la puerta.
-Ayer no decías lo mismo. Ayer no me odiabas tanto. Eres tan puta como siempre, no cambiarás- y ahi fue cuando hubiese preferido morirme mil veces antes de haberle dicho todo aqello.
A partir de ahi desconecté. Ella saltó, yo le seguí el juego, nos gritamos, nos insultamos, nos hicimos daño. Pero no recuerdo mas, mi racionalidad y mi corazón habian dejado de responder.
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